Ayer se fallaron los premios literarios de la Diputación de Cáceres. Ya son cinco las modalidades a concurso: novela corta, cuento, poesía, microrrelato y periodismo. Entre los miembros del jurado hice compañía a Rosa Regás, Eugenio Fuentes, Luis del Val, Luis Alberto de Cuenca, Ignacio del Valle o Andrés Aberasturi entre otros muchos. Disfruté de cada momento, desde la mañana, la comida, los postres, la tarde y la noche de la gala con Faemino y Cansado. El vinito y los canapés pusieron el punto y aparte. Estoy muy agradecido a mis compañeros que tan a menudo se acuerdan de mi nombre para formar parte de los jurados de estos certámenes; son ya varios años y por suerte en distintas categorías donde he ido colaborando.
La otra noche sentía cierta melancolía cuando me veía rodeado de personas excelentes que llevan ya trabajando cuatro años en la Institución Cultural "El Brocense" y que ese era su último acto público. Silvia y Felicidad estaban emocionadas, y yo con ellas. Después nos fuimos los amigos a tomar algo fuera del Complejo Cultural "San Francisco", solos, sin tanta gente de postín. Los sentimientos siempre son más verdaderos cuanto más juntos y solos se está. Qué pronto han pasado estos cuatro años, pero cuántas cosas auténticas han forjado dentro de mí... Me llevo dos macetas con petunias rosas, una foto que enmarcaré con todo el cariño del que dispongo y la promesa alocada del jueves del Womad.
Enhorabuena a los ganadores y a los organizadores del evento. Con cosas así ganamos todos, amén de la situación actual de los premios, premiados, jurados, etcétera (y no digo más que lo que digo).