martes, 10 de octubre de 2006

Cuando el diablo no tiene nada que hacer...

Siempre me encuentro agobiado por falta de tiempo. Tantas cosas por hacer y tan pocas horas que me regalan estas recién inauguradas tardes otoñales...
Y lo que más me molesta es esa gente que grita a los cuatro vientos que se aburre. ¡Se puede ser más idiota!
Perdón señores George, José María y Benedicto, no se den por aludidos; no iba por ustedes... (Cómo está el patio y lo que le preocupa ahora a estos tres la memoria histórica. Si es que no hay peor mal que estar ociosos).