En 1903 Rainer Maria Rilke escribió en una carta al joven e inexperto Kappus algo que yo quiero hacer mío en esta madrugada: “Las obras de arte son de una infinita soledad […]. Solamente el amor puede captarlas y hacerlas suyas y sólo él puede ser justo con ellas”.
Está visto que no se puede tener todo... Tendré que ir aprendiendo.