a Belén y Javi, mis duendes
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Pasa la tarde de un lado para otro, llega la noche y con ella la tormenta. Compra con tranquilidad y cena cargada de pollo picante, gambas y chocolate. Risas, abrazos, conversaciones. Amigos recién inaugurados. Temas intrascendentes y reflexiones sobre la vida y el mundo entre copas sin cafeína.
Llega la madrugada arropándonos de sueño. Duermo sonriendo, plácidamente... ¿Por qué la gente necesita tanto para ser feliz?