Hoy la radio, a las ocho de la mañana en punto, confirmaba con voz triste que hacía una media hora que había fallecido Miguel Delibes. En ese momento un cúmulo de personajes, de historias, de frases casi exactas regresan a mi memoria de lector, de admirador empedernido.
Y con certera decisión busco en mi biblioteca y abro un precioso catálogo (que le dedicó al escritor vallisoletano el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua) y encuentro abrazada entre sus páginas la delicada carta que me envió Miguel Delibes el 7 de enero de 2006 como respuesta a mis palabras. Qué emoción, qué pena y qué vacío...
Y con certera decisión busco en mi biblioteca y abro un precioso catálogo (que le dedicó al escritor vallisoletano el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua) y encuentro abrazada entre sus páginas la delicada carta que me envió Miguel Delibes el 7 de enero de 2006 como respuesta a mis palabras. Qué emoción, qué pena y qué vacío...