jueves, 10 de mayo de 2012

Los amores luminosos de García Lorca

Esta mañana publicaba el periódico El País un largo e interesante artículo de dos páginas donde se descubría el nombre del último amor de Federico García Lorca, al que escribió la que parece su última carta y al que dedicó un poema, hasta ahora ambos documentos inéditos. Se le bautiza en el artículo como el "protagonista último" de los Sonetos del amor oscuro lorquianos y universales. Se llamaba Juan Ramírez de Lucas (Albacete, 1917-Madrid, 2010), periodista y crítico de arte; guardó silencio durante más de 70 años y escondió en una caja de madera todos sus recuerdos lorquianos: dibujos, cartas, un poema, su diario,… Antes de morir entregó a una de sus hermanas su legado para que se hiciera público.
Todos estos datos quedarán ratificados y contextualizados (espero) en una novela de Manuel Francisco Reina titulada Los amores oscuros, que la editorial Temas de Hoy publicará el 22 de mayo. Hasta que aparezca la novela y me pierda por sus páginas intentaré esbozar aquí algunas cosas que no me quedan claras...

Los borradores de los "sonetos oscuros" están la mayoría de ellos fechados en Valencia, a principios de noviembre de 1935 (muchos de ellos escritos en papeles con el membrete del hotel Victoria). Hasta allí se había acercado Lorca, entre otras cosas, al estreno de Yerma con Margarita Xirgu. El 22 de noviembre la actriz y el poeta viajarán a Barcelona, al estreno de Bodas de Sangre; esta vez sí acompañará a Federico su pareja de estos años: Rafael Rodríguez Rapún, una relación que sólo saben sus amigos más íntimos. Lorca y Rapún se conocerán en la primavera de 1933 ya que Rafael era el secretario contable de La Barraca; desde entonces hasta el final. La última fotografía en la que aparecen los dos está fechada en Madrid, el 28 de junio de 1936 en la verbena de San Pedro y San Pablo; Federico sonríe feliz y acaricia la frente a Rafael Rodríguez Rapún, rodeados por varios amigos.
Tres fueron los grandes amores del poeta, de los que quedan bastantes testimonios incluso del propio Lorca: Salvador Dalí, Emilio Aladrén y Rodríguez Rapún. Y a ellos se podría añadir una larga lista de relaciones esporádicas o simples encuentros; me vienen ahora a la cabeza nombres como Philip Cummings, Enrique Amorim, Eduardo Rodríguez Valdivieso, Eduardo Blanco-Amor,... y ahora Juan Ramírez de Lucas. Sí, muchos le conocieron y le trataron, pero de ahí a ser sus grandes amores hay mucho trecho.
Creo que García Lorca en una obra tan impresionante como los Sonetos del amor oscuro seguramente recogerá muchas de sus experiencias amorosas; el amor con mayúsculas, pero también lo erótico y lo carnal. Todos sus amores estarán representados de una manera u otra. Lo que está claro es que Rafael Rodríguez Rapún es el protagonista en estos versos.
El autor de la novela Los amores oscuros -según El País- afirma que “la relación de ambos se rompió antes del viaje de Federico a Nueva York y Uruguay”; obviamente esto no es verdad. Podría citar muchísimos documentos que prueban lo contrario. Creo que no es necesario.
También defiende que "Luis Rosales le entregó a Ramírez de Lucas, años después de la muerte del poeta, una carpeta con todos los sonetos mecanografiados que habían encontrado en la buhardilla de su familia; pensaban que esos documentos debían quedar en su poder”. Esto es falso e imposible. ¿Luis Rosales deshaciéndose de los últimos borradores de Federico? ¿Regalándoselos a un desconocido? ¿A un posible amor? ¿Al dudoso "destinatario" de los versos oscuros? Jamás he oído nada parecido. Ni eso pasó nunca ni es lógico defenderlo. ¿Pruebas? Ninguna.

Entre los papeles guardados por Juan Ramírez han aparecido dos documentos inéditos lorquianos: una carta y un poema. Y esto sí que es realmente lo interesante.
La carta está fechada en Granada, en la Huerta de San Vicente, el 18 de julio de 1936; es la festividad de San Federico. Una carta "amorosa" (dice el periódico) de la que sólo se desvela un pequeño párrafo:
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“Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y te pido que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: es preciso que vuelvas a reír. A mí me han pasado también cosas gordas, por no decir terribles, y las he toreado con gracia”.
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¿Dónde está el amor en estas palabras? ¿Sentimientos amorosos o de amistad? Quizá no las han reproducido porque este fragmento no demuestra tal cosa ni "simboliza la pasión de la pareja".

El poema que también guardaba Juan es un inédito lorquiano; su letra es definitoria y muchas de sus imágenes poéticas también. Se lo dedicó Federico cuando ambos viajaban a Córdoba (?); lo escribió "sobre la marcha, en el único papel que llevaban encima, un recibo de la Academia Orad, situada en el número 3 de la madrileña Carrera de San Jerónimo, donde estudiaba Ramírez de Lucas. Se trata del pago del mes de mayo de 1935, por valor de 10 pesetas". Esto dicen sus versos:
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Aquel rubio de Albacete
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!

Aquel rubio de los trigos
hijo de la verde aurora,
alto, solo y sin amigos
pisó mi calle a deshora.
La noche se tiñe y dora
de un delicado fulgor
¡No lo puedo mirar yo!

Aquel lindo de cintura
dulce galán sin sombrero
sembró por mi noche obscura
su amarillo jazminero.
Tanto me quiere y le quiero
que mis ojos se llevó.
¡No lo puedo mirar yo!

Aquel joven de la Mancha
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!
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El verso tintado de rojo es una transcripción mía (El País lee "sentí galán sin..."). El sentimiento de gran amor vuelve a brillar por su ausencia... Versos de circunstancia o volanderos, pero versos lorquianos al fin y al cabo.

Espero ansioso la novela donde ojalá todo esto quede aclarado. Novela, que no ensayo; este dato (junto con todo lo demás) no deja de inquietarme.
Ya lo he dicho en varios sitios y lo suscribo: Lorca nos ha dejado su literatura, grande, insustituible; su intimidad, su privacidad, pertenecen al hombre. Es verdad que su homosexualidad está en el germen de su obra, de su vida y lamentablemente de su muerte; pero esto empieza a ser ya una especie de culebrón, como si fuese uno más de esos personajes que salen en programas de televisión contando y vendiendo sus miserias. Muchos se preguntan desde hace años dónde está Lorca; ¿han intentado buscarlo en su obra?