¡Pobre Neruda! Otra vez remueven sus restos, otra vez despiertan a sus fantasmas. ¿Por qué no le dejan descansar en su luna, en su terreno herido? Para qué; nunca sabremos la verdad...
VALS
Yo toco el odio como pecho diurno,
yo sin cesar, de ropa en ropa vengo
durmiendo lejos.
No soy, no sirvo, no conozco a nadie,
no tengo armas de mar ni de madera,
no vivo en esta casa.
De noche y agua está mi boca llena.
La duradera luna determina
lo que no tengo.
Lo que tengo está en medio de las olas.
Un rayo de agua, un día para mí:
un fondo férreo.
No hay contramar, no hay escudo, no hay traje,
no hay especial solución insondable,
ni párpado vicioso.
Vivo de pronto y otras veces sigo.
Toco de pronto un rostro y me asesina.
No tengo tiempo.
No me busquéis entonces descorriendo
el habitual hilo salvaje o la
sangrienta enredadera.
No me llaméis: mi ocupación es ésa.
No preguntéis mi nombre ni mi estado.
Dejadme en medio de mi propia luna,
en mi terreno herido.
VALS
Yo toco el odio como pecho diurno,
yo sin cesar, de ropa en ropa vengo
durmiendo lejos.
No soy, no sirvo, no conozco a nadie,
no tengo armas de mar ni de madera,
no vivo en esta casa.
De noche y agua está mi boca llena.
La duradera luna determina
lo que no tengo.
Lo que tengo está en medio de las olas.
Un rayo de agua, un día para mí:
un fondo férreo.
No hay contramar, no hay escudo, no hay traje,
no hay especial solución insondable,
ni párpado vicioso.
Vivo de pronto y otras veces sigo.
Toco de pronto un rostro y me asesina.
No tengo tiempo.
No me busquéis entonces descorriendo
el habitual hilo salvaje o la
sangrienta enredadera.
No me llaméis: mi ocupación es ésa.
No preguntéis mi nombre ni mi estado.
Dejadme en medio de mi propia luna,
en mi terreno herido.