El pasado sábado, día 28, murió en Madrid Gregorio Torres Nebrera. Llevaba varias semanas hospitalizado y no pudo aguantar más...
Te has ido en silencio, sin llamadas de atención, discretamente, como has hecho toda tu vida. Hombre bueno, solitario, generoso, trabajador, familiar, que tenías en tu casa y en Conchi y en Pablo y en Miguel y en tus libros el refugio buscado, tu paraíso posible.
Tantas cosas juntos, tantas por hacer, proyectos comunes que han empezado y que ya no tendrán punto y final. En mi cabeza dan vueltas fotografías y viajes, cientos de conversaciones, complicidades y confesiones compartidas. Siempre estabas ahí, no importaba el momento ni el asunto.
Con qué alegría sincera recibías siempre mis éxitos; con qué humildad me informabas de tus cosas, de tus publicaciones y tus trabajos. Alberti, María Teresa, Salinas, Buero Vallejo, Barea, Gabriel Miró, Valle, Carolina Coronado, Larra,... y muchos nombres más irán unidos al tuyo por los años de los años.
Me enseñaste todo lo que sé; cómo se lee de verdad y cómo exprimir cada una de las palabras, dónde buscar y de qué modo hallar felizmente, planificar una investigación, dirigir un congreso o montar una exposición. A perderme entre los libros una y otra vez y encontrar la luz y el asombro.
Desde que conocí la triste noticia camino a oscuras. Nunca pensé que esto podía suceder. Mi guía, mi maestro, mi amigo; me dejas solo en la literatura y en la vida. Ya nunca más será lo mismo...
Y de fondo la voz de nuestro Rafael Alberti insiste en que vivir no es tan importante como recordar: "Cuando por fin, allá, concluido el instante de la última tierra, cumplida su conquista, seamos uno en el hundirnos para siempre, preparado ese golfo de oscuridad abierta, irremediable, quién sabe si a la derecha de otro nuevo camino, que como aquél también caminará hacia el mar, me tumbaré bajo retamas blancas y amarillas a recordar, a ser ya todo yo la total arboleda perdida de mi sangre."
Gracias por tantas cosas, querido Gregorio. Perdón por mis errores. Siempre estarás en mí.