Mi querido José Manuel Díez, desde su caja llena de versos, de amistad y ahora de hermosas fotografías del Tibet (qué suerte mamón), me manda su "meme literario" y me mete en un lío que ni yo mismo entiendo. Esta cosa con este nombre consiste en abrir el libro que tengamos al lado por la página 139, buscar el segundo párrafo y transcribir las primeras líneas (cinco aproximadamente); luego se le pasa la bola a tres personas más...
Mi libro más cercano, lo estoy leyendo en estos días, es El corazón helado de Almudena Grandes (Tusquets, 2007); aquí va el fragmento:
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Aquel calor no era más que un pálido reflejo del incendio que acababa de desatarse en mi interior, una catástrofe fulgurante, instantánea, donde el pudor atizaba a la excitación y era a su vez implacablemente alimentado por ella, para que yo pudiera escuchar el crujido de las ramas que se desgajaban de los árboles.
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Gracias José Manuel por el envío y la interacción; tenemos un abrazo y una conversación pendientes. Paso el testigo a Luís Leal, Álvaro Valverde y Sara Alcázar... No seáis vagos.