jueves, 10 de diciembre de 2009

La nueva Gramática del español

Ya tengo en casa la Nueva gramática de la lengua española; dos volúmenes enormes (3885 páginas más casi 50 de prólogo) que por fin han editado, nuevamente en Espasa, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Es un libro necesario y unificador, un trabajo titánico que ha llegado a buen puerto gracias al esfuerzo de muchos expertos. El contenido de la obra (como ampliamente explican en la página oficial de la RAE) se articula en tres partes fundamentales:
1. Cuestiones generales, donde se describen las partes de la Gramática, las relaciones entre ellas y las unidades fundamentales del análisis gramatical.
2. Morfología, que analiza la estructura interna de las palabras.
3. Sintaxis, que analiza las estructuras que se crean en función de la forma en que se ordenan y combinan las palabras.
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No se harán esperar en pocos días las opiniones de filólogos y hablantes que juzgarán sus novedades y aportaciones. Yo quiero apuntar aquí (dentro de terrenos más triviales) que me parece mal el grosor de los volúmenes que dificulta su manejo, el peso de la cara encuadernación, el horrible papel biblia utilizado, los estrechos y tacaños márgenes (superior e inferior) de cada página,... Hay descuidos en la presentación, que no en el contenido; pero ambas cosas -creo- son importantes.
No es buena idea que la Nueva gramática salga al mercado con un precio superior a los 100 euros como el que tiene. ¿Quién se beneficia? ¿Editorial, Academia, reales académicos, alguna fundación? Y además junto a estos dos primeros volúmenes ("Morfología y Sintaxis I" y "Sintaxis II") al cuidado entre otros y sobre todo de Víctor García de la Concha y de Ignacio Bosque, se espera en unos meses el tercer tomo con la fonética y la fonología (acompañado de un DVD con muestras de la pronunciación del español en las diferentes zonas) a cargo de José Manuel Blecua.
¿Cuánto nos costará en total la magna obra en tres cuerpos? ¿La RAE quiere limpiar, fijar y dar esplendor al idioma español o a los bolsillos de hispanohablantes, profesores, alumnos y un largo etcétera? No encuentro ninguna explicación digna. Es una pena que se consientan cosas así.