lunes, 4 de noviembre de 2013

Simón Viola y mis limones


A Simón Viola también le ha gustado mi zumo de limón y escribe sobre mi libro el pasado sábado en "Trazos", suplemento cultural del diario Hoy. Gracias, amigo, por tus palabras. Aquí las traigo...

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Licenciado en Filología Hispánica y profesor de lengua y literatura, Hilario Jiménez (Montánchez en 1974) ha publicado hasta el momento cinco poemarios marcados por la noble huella de sus referentes preferenciales (Alberti, Miguel Hernández, García Lorca…): En un triángulo de ausencias (2003, ilustrado por Eduardo Naranjo), Versos de color naranja (2003), Delirio in extremis de un aguador con sed (2004), Diario de un abrazo (2008) y Hoy es siempre todavía (2012), además de colaborar en antologías y libros colectivos como Cuatro poetas en un tobogán (2006), Encuentro en Guadalupe (2008), Corazón de casa (2009) o Escarcha y fuego (2010).
Paralelamente a esta notable obra poética, Hilario Jiménez ha ido entregando numerosos trabajos sobre el periodo literario conocido como la “Edad de Plata” y que se corresponde con los años veinte y treinta, el protagonizado, junto a restos de movimientos estéticos precedentes, por las vanguardias y la generación del 27. Su trabajo mejor acogido ha sido Lorca y Alberti, dos poetas en un espejo (Fundación Rafael Alberti, 2001, reeditado por la I.C. El Brocense en 2003), pero es preciso mencionar asimismo su labor de coordinación y edición del magnífico volumen Pablo Neruda, un corazón que se desató en el viento (Cáceres, I. C. El Brocense, 2005), la edición de una selección poética de Félix Grande, Una grieta por donde entra la nieve (2006) y el ensayo Alberti y García Lorca, la difícil compañía (2009), prologado por otro buen conocedor del poeta granadino, Luis García Montero.

Ahora, la Editora Regional de Extremadura publica Exprimiendo limones de madrugada, cuyo origen se encuentra, como afirma en una nota inicial, en algunas de las entradas a un blog titulado Ausencias que Hilario viene alimentando desde 2006, “mientras tomaba conciencia de un pensamiento de Ortega y Gasset: ‘Una buen parte de los hombres no tiene más vida interior que la de sus palabras”. Con un perceptible tono diarístico, los textos, fechados entre 2006 y 2010, se abren a una pluralidad de motivos que ocupan la vida cotidiana del escritor y sus varias pasiones.
Nombrado cronista oficial de la Antigua y Leal Villa de Montánchez, Hilario es autor de dos obras de la ciudad que ven la luz en estos años, Historia de Montánchez. Desde sus orígenes hasta el siglo XXI, 2008, y Montánchez: otro tiempo, otras gentes, 2009, además de participar en la organización de los “Encuentros en Montánchez. Diálogo de culturas”, un festival de música, danza, teatro, literatura y arte, que se celebra desde 2006.
Su labor como profesor de lengua y literatura en institutos de la región aflora al relatar la relación con los alumnos en el aula y en excursiones entre lúdicas y culturales (divertida la anécdota del alumno que reacciona aterrorizado al enterarse de que Gabriel y Galán tuvo un hijo póstumo). Pero esta tarea cotidiana alterna con los viajes (Madrid, las altas tierras de Soria, Italia), los encuentros literarios, las conversaciones con escritores consagrados (Álvaro Mutis, Pepín bello, el componente “ágrafo” del veintisiete, Saramago, Sánchez Dragó, Luis García Montero…), las novedades literarias que adquiere o le envían amigos y conocidos, las lecturas y relecturas, los encuentros frecuentes con sus compañeros de “generación” (Pilar Galán, José María Cumbreño, Antonio Reseco, Daniel Casado, Basilio Sánchez…) o los poemas reproducidos junto al texto en que se da cuenta de su origen (homenajes a Eduardo Naranjo, Miguel Hernández, a Pablo Neruda o Ángel Campos).
Varias entradas se destinan a contar la recepción de su ensayo Alberti y García Lorca. La difícil compañía, una obra de un extraordinario impacto mediático, y a reiterar sus tesis: entre ambos poetas jamás hubo una amistad sólida, los recuerdos de Alberti en La arboleda perdida son o inexactos o interesados, además de denunciar las delirantes hipótesis sobre el lugar en que reposan los restos de Lorca.

Exprimiendo limones de madrugada es un libro diverso y plural que interesará a cualquier lector culto y que, por su condición diarística, acaba dibujando, acaso sin pretenderlo, el perfil de un hombre movido por la más noble curiosidad intelectual, amante de la literatura hasta el fetichismo (fotografías, cartas, dedicatorias…), entusiasta y afirmativo.

EXPRIMIENDO LIMONES DE MADRUGADA
Hilario Jiménez Gómez
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Vincapervinca, 2013, 256 págs.