
Y con certera decisión busco en mi biblioteca y abro un precioso catálogo (que le dedicó al escritor vallisoletano el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua) y encuentro abrazada entre sus páginas la delicada carta que me envió Miguel Delibes el 7 de enero de 2006 como respuesta a mis palabras. Qué emoción, qué pena y qué vacío...