La idea de regalar a los usuarios unos pequeños destellos literarios para que le acompañen en su viaje me encantó desde aquel primer día que arrancó Baluerna, allá por el año 2000; una feliz ocurrencia maquinada por Javier Rodríguez Marcos y Antonio Sáez y materializada cuidadosamente por Julián Rodríguez y Eduardo Hernández. Sólo puedo dar las gracias por haberme invitado a participar en este hermoso proyecto y mi apoyo y mi ánimo para seguir poniendo en marcha estos cuadernos del viajero con altas dosis de sentimentalidad.
domingo, 6 de julio de 2008
Cuaderno del viajero número 26
jueves, 3 de julio de 2008
Quilombo

Le mando mensaje agradecido a su móvil por no molestarle en sus mil quehaceres y al minuto me llama abrazándome largamente. "Es un libro de poemas, a la antigua usanza"; "sí, bellísimo, hasta las flores amarillas y pequeñas de la portada me entusiasman"; "se presentará en septiembre, no sé, seguramente la editorial...". Quilombo, palabra muy utilizada en Hispanoamérica y con multitud de significados y registros dispares; así es la nueva aportación poética de Castelo. Sigue siendo su voz, para nada lejana en mis lecturas. Si cabe más cercana, más humana, como una charla entre meditativa y confesional. Ya lo dice el autor pero estos poemas hablan de alegría y tristeza, de la vida y la muerte, de la melancolía y la esperanza. No hay mejor premio para los amigos que su lectura ni mejor ocasión para acercarse (si nunca hubo primer paso) a una de las voces más sonoras y extremeñas de estas tierras. Qué felicidad tan grande y qué premio tan merecido.
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Todo tan lejos. Escombros
de un ayer inútilmente.
Tan lejos de todo aquello.
¿Soy yo quien mira?
O acaso ¿yo tan sólo soy el sueño...?
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