lunes, 16 de octubre de 2006

Silencio roto

a Ángeles Mayorga, in memoriam
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Acaban de darme la noticia. Hace un rato. Muy poco. Las letras de tu nombre retumban por todas las esquinas de mi casa. Y a mí se me hace una eternidad pensar que ya nunca oiré tu voz, que no existirán nuestras largas conversaciones. No sé por qué el destino vuelve a repartir desierto cerca de mi boca y mis ojos vuelan de nuevo al infinito...
He llegado tarde a tu casa. Siempre tarde. Ya te has ido. En tu viejo sillón encuentro entre los pinceles una nota que lleva mi nombre: "El futuro se acerca lento, pero viene".
Siempre estarás en mí, Ángeles. Cuántas cosas que decirte y cuántos abrazos que ya no encontrarán tu complacencia. Ya sé que mañana, cuando me levante, no me apetecerá vivir un día sin saber que tú estás ahí. Nada será igual.
¿Por qué la vida arrebata de tu lado lo que más necesitas? Con tus alas, eternamente, caminaré sin duda hacia la luz. Con tus colores y tus confidencias ya me he ganado la felicidad única de haber compartido con un ángel mi vida. Tus más de setenta años forman parte de mis años, y tus cuadros de mis sueños. Gracias por tu mirada...