Acaba de llegar desde Sevilla, de la Editorial Renacimiento. Otra vez las puertas de esta casa se abren para un libro mío, con la generosidad renovada de Abelardo Linares y con el afecto y la profesionalidad de Pedro y Bárbara.
Alberti y García Lorca, la difícil compañía (Sevilla, Editorial Renacimiento, colección Iluminaciones, 2009) ha quedado francamente precioso. Todo cuidado con mucho mimo: fotografías, dibujos, facsímiles,... El título es de mi querido y admirado Luis García Montero, del magnífico prólogo que ha escrito y que resume a la perfección aquel rico contexto histórico y literario donde nacieron y se movieron los dos protagonistas:
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Federico García Lorca y Rafael Alberti no fueron enemigos. Nada más y nada menos. Creo que ésta es la conclusión que debe valorarse a la luz de los datos que hoy disponemos, gracias a las noticias biográficas, a los diferentes estudios realizados sobre los epistolarios de la generación del 27 y a este cuidadoso libro de Hilario Jiménez Gómez, un libro necesario, clarificador, que ha reunido por primera vez la documentación pertinente, interpretando con admiración, pero con objetividad, las relaciones vitales y literarias de los dos poetas.
[...] Un libro que ordena este panorama ideológico y plantea las cosas en su lugar. Nunca hubo una amistad estrecha entre García Lorca y Alberti, pero sí respeto mutuo y conciencia de intereses estéticos y humanos compartidos. Fueron dos poetas nobles, con ellos mismos y entre sí, y los dos procuraron que la rivalidad de las situaciones literarias no se convirtiera en hostilidad manifiesta. Nada más y nada menos.
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Estoy muy contento, emocionado, y nuevamente agradezco de corazón a todos los que han dado alas a estas páginas para que vayan a la busca de lectores.