
En sus casi trescientas páginas se recoge el nutrido epistolario que el poeta escribió a Matilde Urrutia, seguramente el amor más intenso que tuvo Neruda; está fechado entre 1950 y 1973, pocos días antes de que falleciera el chileno. Su destinataria guardó celosamente hasta el final el preciado conjunto de cartas, papeles, tarjetas postales, sobres, poemas y dibujos que actualmente se custodia en la Fundación Neruda.
La edición reproduce con cuidado y facsimilarmente todos los documentos, con su necesaria trascripción en página contigua. A mí siempre me gustó este Neruda íntimo; acudo con frecuencia a aquella otra joya titulada Cartas y poemas de juventud que publicó el Banco Exterior en 1983 con los papeles privados que se conservan de los que surgieron entre Pablo Neruda y Albertina Rosa Azócar, su primer amor y musa de sus famosos Veinte poemas. Ahora aquí nuevamente descubro a un hombre desgarrado, sincero, abierto, auténtico, quizá más sereno; Neruda en estado puro.
En 1946 Pablo (todavía unido a Delia del Carril) conoce a Matilde Urrutia en un concierto al aire libre; la pasión que surgió entre ambos se volvería cada vez más intensa y perdurará hasta la muerte del poeta. La correspondencia inédita reunida en este volumen único refleja con detalle muchos de los momentos vividos por ambos: celos, alegrías y caricias llenan cada carta, cada dibujo, cada verso. Como ejemplo, dos notas manuscritas en papeles con membrete del hotel Cornavin de Ginebra fechadas en los años cincuenta:
-
No eran celos, amor, sino exigencia de tu plenitud, de tu totalidad.
Ahora ya te he arado entera, te he sembrado entera, te he abierto y cerrado, ahora eres mía.
Para siempre!
Ahora ya te he arado entera, te he sembrado entera, te he abierto y cerrado, ahora eres mía.
Para siempre!
-
Amor mío, piensa en todas partes que estoy a tu lado, más bien que soy parte de ti misma.
Quiero no sólo amarte, alma mía, sino ayudarte a vivir.
Quiero no sólo amarte, alma mía, sino ayudarte a vivir.
-
Sin palabras... Qué pudor al leer confesiones ajenas. Cuánta emoción, desbordada y contenida. Recomendadísimo.