jueves, 11 de noviembre de 2010

Pérez Azaústre, Premio Loewe 2010

Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) ha sido galardonado con el Premio Loewe de Poesía en su XXIII edición con su libro Las ollerías. Ya recibió en 2006 con El jersey rojo (el que más me gusta de los suyos) el mismo premio pero de Creación Joven, además del Adonáis en 2001 y un accesit del Gil de Biedma en 2004. Me alegro por su juventud y por su estilo tan confesional; me gustaron también sus libros Una interpretación, Delta y El precio de una cena en Chez Maurice. Este nuevo poemario es un viaje, según él, a los "cimientos más profundos de su infancia, para cuestionarse el presente desde el pasado". Un libro escrito hace tiempo, diferente a los anteriores, arriesgado, sincero y visceral; se posiciona mucho, dice. Seguro que no defraudará. Felicidades. Como adelanto, uno de los poemas del nuevo libro:
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Aún es pronto para volver a casa:
me han curvado la espalda los enanos
que he venido cargando desde siempre,
los que duermen la siesta en mis bolsillos
para ralentizar mi digestión.
Aún es pronto para volver a casa,
aunque pisé los límites.
Pensé que nadie más podría reconocerme.
Escuché los ladridos, temí el polvo naranja.
Recordé la alcancía oculta bajo el mueble.
¿Qué ha sido del nervio, el escondite
bajo un muslo de reina y el metal de unas manos?
Ahora los disfraces son de piel
y miro la avenida desde lejos, ya muy lejos
del sol y de los otros,
que alguna vez volaron para aplacar mi fiebre.
Sé lo que estás pensando: aún es pronto,
y casi no he cumplido mis pactos con la vida.
Es muy pronto aún, pero qué esperas,
si tu voz se me clava en los tobillos
y me amansa la angustia, el temor de un insomnio.
Dentro, en mí, habitas aún la casa.
Otros vinieron antes, y ya la vaciaron
de ti, de tus vestidos grandes, de tus plantas vivaces
a las que siempre hablabas de mí, entre otras cosas.
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