miércoles, 20 de junio de 2007

La Compra en Soria

Empiezan ya las Fiestas de San Juan en Soria (la primera persona que me habló de ellas fue Fernando Sánchez Dragó en Montánchez, mientras le mostraba nuestra atípica Plaza de Toros rectangular); unas fiestas con casi ocho siglos de antigüedad, donde todavía me pierdo entre los distintos pasos que los sorianos a lo largo de cinco días irán dando en torno a esta famosa celebración donde los protagonistas son el toro, el vino y las sanjuaneras.
Tuve la suerte de estar allí la noche del pasado domingo de la mano de Emma, que me explicaba con paciencia y demasiadas indicaciones el por qué y el para qué de todo lo que sucedía a nuestro alrededor. Bajamos muy tarde, casi a las diez y media de la noche, para ver uno de los momentos iniciales de las fiestas.
La Compra es en realidad un recuerdo de lo que fue, un acto que tiene su origen en aquella compra de toros que se lidiarán en las fiestas; ahora ya llegan comprados a Valonsadero y los sorianos pasan la mañana y la tarde en el monte, viendo llegar a los toros entre chiringuitos y meriendas y adornando sus coches con flores. Por la noche las distintas Cuadrillas parten del Parque de la Alameda, recorriendo el Collao y llegando a la Plaza, precedidas por la Banda Municipal que entona distintas sanjuaneras. La gente canta y baila en grupo, reparten entusiasmados botas de vino repletas de amistad y júbilo. Y allí estoy yo, rodeado de desconocidos que acaban por resultarme familiares, canturreando alguna letra pegadiza y dejándome llevar por los movimientos acompasados de mi emocionada compañía.
De camino a casa, con el corazón despierto, me sigue sonando en manos y oídos como una especie de leyenda la primera sanjuanera de mi vida:
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Moza, si a la Compra vas
y quieres que yo te quiera,
moza si a la Compra vas
tienes que bailar conmigo
esa tarde en la pradera,
esa tarde en la pradera
moza si a la Compra vas.
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