Una tarde-noche fría en Cáceres nos invita a Emma y a mí a ir al cine. Decidimos entrar a ver la última película de Vicente Aranda, una adaptación de la novela de Juan Marsé publicada en 2005: Canciones de amor en Lolita's Club.
Película y libro se titulan igual. Lo que a mí me parece un reflejo de la realidad a otros les evoca una tristeza a raudales. El maestro Aranda lee e interpreta al maestro Marsé. El cine y la literatura no han nacido para caminar de la mano. Es cierto que las películas que ha hecho Aranda sobre libros siempre acarrean mala crítica a la hora de sus adaptaciones, pero no olvidemos que la película de un director no deja de ser una de las múltiples lecturas de esa obra; él es un lector más, diferente y único. Por otro lado, la novela (la última de su autor) no es de las mejores de Marsé pero tampoco de las peores; además después de Rabos de lagartija era muy difícil levantar el vuelo.
El mejor de la película (aunque seguro que la crítica no se pondrá de acuerdo) es Eduardo Noriega, con el doble papel de dos hermanos gemelos, el malo y el tontino. Lo peor, en mis humildes recuerdos de la lectura de la novela, es que el prostíbulo de Marsé era cutre, guarro, de carretera, mientras que el de Aranda es de lujo, con muchos espejos y sedas, y con chicas perfectas, culonas y redondas.
Es bueno ir al cine y ver cine español. La cita con Lolita's Club merece la pena. El maestro Marsé seguro que no quedará descontento.