Hoy, después de comer, huyo de Cáceres y de sus ferias. Creo que este es uno de los pocos años que no estaré en la ciudad durante las fiestas de San Fernando. Emma y yo nos vamos a Madrid aprovechando la tesitura de las fiestas locales para conocer de una buena vez la ampliación del Museo del Prado (tenemos muchas ganas de ver el Claustro de los Jerónimos) y pasear nuevamente por la bulliciosa y adictiva Feria del Libro de Madrid. Siempre hay una buena excusa para pasar cualquier fin de semana en la Capital del Reino, pero este concretamente pinta muy bien.