Hoy viernes, a las 13:30 horas, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Montánchez, he casado a dos amigos de esos auténticos: Luis y Aurea. Hace ya casi un año que me dieron la feliz noticia de su enlace y de que además el oficiante de la celebración sería yo. Algo bueno tendría esto de ser mediopolítico.
La emoción a flor de piel y los versos finales de Cernuda que casi no me salen al verles ahí delante, agarrados de la mano, escuchándome muy atentos. Sus padres, sus hermanos y algún amigo de esos auténticos nos rodeaban y aplaudían. Lágrimas al final por tanta alegría y fiestón esta noche.
Mañana repetimos boda en el Castillo de la Arguijuela, con música en directo y poemas y cartas de hermanos y amigos. Eso sí: ella vestida de blanco inmaculado y él con uno de sus mejores trajes (¡que tiene muchos!). Les convenceré para que se prometan amor eterno leyendo unas frases escritas para la ocasión... irrepetible, única, casi de sueño, para ellos y para mí.
La felicidad no existe pero estas cosas se le parecen mucho...