Siempre hay una música de fondo que marca en la memoria los momentos vividos. Ayer pasamos el día en Marvao, precioso pueblo portugués que encierra entre sus viejas murallas el paso del tiempo. En la torre más alta, desde la que se divisaba todo el entorno, venía a nuestros oídos y a nuestras manos el poema de Mario Benedetti que hermosamente musicaron Los Sabandeños...
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si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
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tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
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tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
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Palabras justas, acordes precisos para describir lo compartido, para contar lo sentido... Es la magia de la poesía: hace universales los sentimientos únicos.