Hoy en dos lugares preciosos hemos dejado Emma y yo nuestras palabras escritas. Primero en el "Aula Machado", en el viejo instituto donde don Antonio enseñaba francés; calles empedradas y árboles asombrados. Los alumnos siguen corriendo por aquellos mismos pasillos. El otro libro de visitas lo firmamos en lo alto de la ermita de San Saturio, donde llegamos con algo de frío; resonaban a cada paso los versos lacónicos de Gerardo Diego sobre este histórico río Duero. Largo el paseo, pero intenso y literario igualmente.
Mi pobre ejemplar de Campos de Castilla lleva metido en su bolso dos días y sin tregua para dejarnos caer por sus páginas. Tantas imágenes que retener... Sol y frío para seguir las huellas de Machado: "Hoy es siempre todavía".