martes, 9 de septiembre de 2008

Pavese

Cien años cumple hoy Cesare Pavese (1908-1950). Fue casi entre accidental y mágico mi primer encuentro con sus palabras... y hasta hoy. Fui acercándome despacio a sus libros, antes a sus Poesías Completas (en Visor, al cuidado de Italo Calvino) y después a su obra narrativa repartida por distintas editoriales y estilos: La luna y las hogueras, La playa, El bello verano, El oficio de vivir,... Pero ningún libro logró emocionarme tanto como aquel primero que me acompañó a lo largo de una semana entera, cuya relectura se convirtió ciertamente en enfermiza; poemario breve, intensísimo y escalofriante que su apagado autor tituló Verrà la morte e avrà i tuoi occhi:
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Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
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Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

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A este poeta y a estos versos deben todo mi primer poemario publicado, En un triángulo de ausencias. A estos versos y a este poeta enamorado de la edición, antifascista, visitante asiduo de cárceles y conflictos, siempre en busca de su identidad; pobre y desnuda víctima de repetidas crisis depresivas que acabará suicidándose en soledad y lejos de casa...
¿Lograste realmente atravesar así tu mirada en el espejo?