Así titula Luis García Jambrina en el último ABCD de las artes y las letras (17 de noviembre) su crítica a Celebración del abismo de Antonio Sánchez Zamarreño, libro que ya comenté aquí en mi blog el pasado lunes 12. Una lectura atenta, no exenta de discurso literario muy aprovechable. Rescato aquí un párrafo delicioso: "En un tiempo en que los poetas, por lo general, tienen mucha prisa por publicar y ser reconocidos como tales, llama la atención un proceso creador que consiste en entregar los poemas al silencio de un cajón, durante largo tiempo, para que allí se desprendan de las impurezas y otras adherencias extrañas. Ya aconsejaba, en este sentido, Ezra Pound que, en poesía, había que escribir mucho y publicar poco, sólo lo imprescindible".
Un poemario exquisito, de corte existencial, que ve la luz de la mano de la Institución Cultural "El Brocense" de Cáceres. Libro de lectura obligatoria. Que luego no vayan estos poetas malditos del tres al cuarto diciendo que la colección abezetario de poesía de la Diputación de Cáceres no merece la pena. Quizá esa falsa indiferencia esconde, bajo cierta viscosidad, que por mucho que siga llamando a nuestras puertas seguiremos inventando excusas para no abrírselas. Ojalá se dé por aludido... Pues eso.