Me dan asco los prepotentes, la gente que sólo sabe hablar de sí misma, los mediocres, los que se creen imprescindibles o insustituibles, los terroristas de la palabra que atacan en público a los demás basándose en su iluminación divina. Estoy cansado del yo, del mí y del ahora, de ese millón de pobres vacíos y desasidos que proyectan sus frustraciones en los otros.
Mi querida Olga Ayuso cierra su blog definitivamente. "Una excusa" me acompañó siempre por la blogsfera, hasta hoy. Ya le he dicho que lamento muchísimo que me deje huérfano de palabras, de conversaciones al oído sobre viajes y olores que me reconfortan. No me gusta que se rinda fácilmente ni que enmudezca porque los idiotas sólo sepan vomitar envidia y estupidez. Ojalá se replantee su decisión ("Ladran, amigo Sancho, luego cabalgamos"). Qué injusticia tan grande.