Ayer sábado se recogía la noticia en los dos periódicos regionales (Hoy y Extremadura), aunque en realidad mi nombramiento como Cronista Oficial de la Antigua y Leal Villa de Montánchez fue la tarde-noche del pasado viernes 7 de noviembre. Los e-mails y los mensajes y llamadas al móvil me tuvieron entretenido toda la mañana. Muchas gracias a todos.
Cuando a uno le nombran cronista de su pueblo natal se le agolpan rápidamente muchos sentimientos que pasean entre la satisfacción de un trabajo reconocido, la nostalgia por los que ya no están y la alegría de sentirse apoyado; si he estado unido siempre al devenir de Montánchez el compromiso sería a partir de ahora definitivo. Mi nombramiento oficial se ha producido a raíz de publicar a finales de agosto mi Historia de Montánchez. Desde sus orígenes hasta el siglo XXI (2008), donde reuní varios años de trabajo partiendo de lo que se había hecho hasta ahora; el resultado final ha sido un libro digno, serio y documentado que según mi criterio Montánchez necesitaba como base para futuras investigaciones (la Historia anterior, con alguna modificación, se publicó en 1894). Muchos -no todos- se han acercado para felicitarme y darme las gracias (ya se ha vendido prácticamente la edición de tres mil ejemplares); me han leído y se han emocionado tanto como yo cuando redactaba sus casi 800 páginas para hablar de raíces comunes, de nuestro pasado, de nuestro presente, en una especie de viaje fascinante...
Pues eso. El Cronista Oficial más joven de España y seguramente el más orgulloso y el más querido por su pueblo. Yo sí me siento (en esta ocasión) profeta en mi tierra.