Llevaba en las quinielas los últimos años (casi todos los que yo recuerdo) y por fin hace tan sólo un momento Juan Marsé acaba de obtener el Premio Cervantes 2008, quedando en la cola final Javier Marías, Caballero Bonald, Ana María Matute, Francisco Nieva y Mario Benedetti.
El autor catalán, que cumplía el pasado mes de enero 75 años, completa una de las más elogiosas trayectorias novelísticas de la literatura contemporánea en lengua castellana. Desde el Premio Juan Rulfo al Planeta, pasando por el Nacional de la Crítica y el Nacional de Narrativa; además en 2004 en esta tierra se le concedió el Premio Extremadura a la Creación "a la mejor trayectoria literaria de autor iberoamericano". He soltado la memoria por mis lecturas de Marsé y me ha sorprendido con agrado las muchas páginas leídas y fácilmente recordadas ahora: Últimas tardes con Teresa (1965), La oscura historia de la prima Montse (1970), Si te dicen que caí (1973), La muchacha de las bragas de oro (1978), El embrujo de Shangai (1994), Rabos de lagartija (2001) y su última novela Canciones de amor en Lolita's Club (2005).
No está mal. Ciertamente sí me considero seguidor de Marsé, lector entusiasta de sus duras realidades, admirador de sus críticos pero irónicos espejos. Algunos de estos títulos forman parte de la historia íntima de este país, de su más preclara literatura. Bien está lo que bien acaba... Felicidades maestro, muchas felicidades.