Hoy (eso dicen) es el Día Internacional del Teatro.... Y mis ausencias me llevan a recordar a un hombre hecho de pura materia teatral, Ricard Salvat, que tristemente fallecía el pasado día 24 de marzo con 74 años.
Catalán de Tortosa (1934-2009), profesor en la Universidad de Barcelona, prolífico ensayista, autor de numerosas adaptaciones y brillante director teatral fue el que introdujo en nuestro país el teatro de Bertolt Brecht; además creó en los años 60 en Barcelona la mítica Escuela Adrià Gual, que ha contribuido a promover la dramaturgia catalana y en la que se han formado generaciones de actores. A pesar de sus méritos, Salvat siempre se sintió "maltratado" por los políticos catalanes, reconocimiento que sí ha tenido en el extranjero.
La primera persona que me habló de él fue mi maestro Gregorio Torres Nebrera. Muchas obras de Alberti y García Lorca habían pasado por sus ojos para subir a los teatros de este país. Recuerdo muy bien que el nombre de Salvat fue uno de los que barajamos desde el principio cuando Gregorio y yo organizamos juntos en Cáceres el Congreso Internacional "Rafael y María Teresa: en el centenario de los Alberti" en 2003, con el que pretendimos celebrar la vida y la obra de estos dos genios que la vida unió en matrimonio. Ricard Salvat nos deslumbró a todos con su ponencia, un recorrido detallado de creación, censuras y adaptaciones sobre la dramaturgia del gaditano. En los últimos años subió a escena su séptima versión sobre Noche de guerra en el Museo del Prado y actualmente desarrollaba en Seix Barral la labor editorial de dar cuerpo (dentro de las desgraciadas Obras Completas albertianas) a los volúmenes correspondientes al teatro. Recuerdo agradecido las mañanas tranquilas que pasamos durante los días del congreso cacereño, sobre todo ese desayuno lento, nutrido de memorias y críticas veladas que me confesó entre dolido y descargado.
La prensa se ha hecho eco casi con disimulo de su pérdida. Qué pena que sigamos dejando en el camino a gente tan valiosa y con tanta magia... Para él desde aquí mi afecto y mi recuerdo.
Catalán de Tortosa (1934-2009), profesor en la Universidad de Barcelona, prolífico ensayista, autor de numerosas adaptaciones y brillante director teatral fue el que introdujo en nuestro país el teatro de Bertolt Brecht; además creó en los años 60 en Barcelona la mítica Escuela Adrià Gual, que ha contribuido a promover la dramaturgia catalana y en la que se han formado generaciones de actores. A pesar de sus méritos, Salvat siempre se sintió "maltratado" por los políticos catalanes, reconocimiento que sí ha tenido en el extranjero.
La primera persona que me habló de él fue mi maestro Gregorio Torres Nebrera. Muchas obras de Alberti y García Lorca habían pasado por sus ojos para subir a los teatros de este país. Recuerdo muy bien que el nombre de Salvat fue uno de los que barajamos desde el principio cuando Gregorio y yo organizamos juntos en Cáceres el Congreso Internacional "Rafael y María Teresa: en el centenario de los Alberti" en 2003, con el que pretendimos celebrar la vida y la obra de estos dos genios que la vida unió en matrimonio. Ricard Salvat nos deslumbró a todos con su ponencia, un recorrido detallado de creación, censuras y adaptaciones sobre la dramaturgia del gaditano. En los últimos años subió a escena su séptima versión sobre Noche de guerra en el Museo del Prado y actualmente desarrollaba en Seix Barral la labor editorial de dar cuerpo (dentro de las desgraciadas Obras Completas albertianas) a los volúmenes correspondientes al teatro. Recuerdo agradecido las mañanas tranquilas que pasamos durante los días del congreso cacereño, sobre todo ese desayuno lento, nutrido de memorias y críticas veladas que me confesó entre dolido y descargado.
La prensa se ha hecho eco casi con disimulo de su pérdida. Qué pena que sigamos dejando en el camino a gente tan valiosa y con tanta magia... Para él desde aquí mi afecto y mi recuerdo.