La primera reunión fue pública. Antonio Gamoneda y Michel Deguy representan las poéticas española y francesa. Por la noche recepción en la Embajada Francesa a los poetas invitados a las sesiones y cena privada en los majestuosos salones. El Embajador, hombre tímido y muy cordial, nos abre las puertas de su casa.
Aprovecho como siempre para husmear en cada rincón, hablar con todo el mundo, recojer dedicatorias y quedar inmortalizadas mis charlas en fotografías. El maestro Gamoneda un encanto. Hemos hablado largo y tendido sobre el yo y el nosotros. Me dedica dos de sus libros y en el primero me fecha la dedicatoria en Francia, no en Madrid: "Querido Hilario ¡es que estamos en terreno francés!". Está cansado del dichoso premio; no le dejan escribir y va de un lado a otro como una cupletista. Tenemos amigos comunes, y también enemigos compartidos. Me da un abrazo y seguimos tomando fino. La cena va a comenzar. Nos espera una larga noche de encuentros, complicidades y deslumbramientos.