La artista brasileña Beth Moysés, en un acto-denuncia entre artístico y poético titulado "Reconstruyendo sueños", ha convocado esta tarde a casi cien mujeres que se han vestido de novia por las calles de Cáceres. Es el Día Internacional de la Mujer.
Lleva trabajando con el traje de novia como símbolo de las fantasías y deseos de felicidad cumplida, de amor y de cambio, pero también representan los malos tratos a las mujeres por parte de sus parejas; intenta así confrontar el amor que se quedó retenido en el traje del día de la boda con la violencia que posteriormente vivirán tantas mujeres.
Sueños rotos, al fin y al cabo. Ir vestida de novia y caminar por la calle, triste, seria, muda, desencadenó -no sólo en las chicas que se prestaron voluntarias sino en el público que presenciaba la procesión- sentimientos profundos entre la confusión y el respeto. Una imagen impactante ver esa cadena de mujeres tristes, casi penitentes, vestidas de blanco, andando lentamente por el Paseo de Cánovas o bajando desde San Mateo a San Jorge, con una luz anaranjada que gritaba cerca del anochecer, poniendo voz a los ojos hundidos, tristes, rotos de las silenciosas caminantes.
Felicidades por confiar en esta performance a la Diputación de Cáceres, que se apunta otro tanto como verdadera institución pública con preocupaciones e inquietudes artísticas en esta pobre ciudad que también aspira hacia otro sueño.