Ayer fue un día especial. No tenía planes de sábado pero decidimos viajar y pasar juntos la mañana y parte de la tarde. Partimos por la nueva autovía de la Ruta de la Plata camino de Plasencia para hacer parada y fonda en Serradilla. Ya he perdido la cuenta de los años que casi consecutivamente nos llevamos acercando aquí, agradecidos y emocionados como el primer día. Comimos como en casa y paseamos por las barreras de Monfragüe, recién nombrado Parque Nacional. A la vuelta, casi nos presentamos en casa de Vostell sin llamar.
Caía la tarde y con ella muchos de nuestros anhelos se marchaban a descansar. Ya queda menos para el jueves. Nuestro sueño, el mismo para los cuatro, sigue todavía en el aire. El viaje nos vuelve a reconfortar, como siempre; la fuerza sigue apoyada en el cariño.