sábado, 13 de octubre de 2007

"El olvido que seremos", desde Colombia

Esto del blog es algo que no deja de sorprenderme todos los días. Siempre hay alguien que me dice que me lee o me escribe para puntualizar ciertas cosas. Copiando a mi querido Luis Felipe Comendador, añadía hace poco tiempo un "Geocontador" que además me cuenta desde qué países leen mis ausencias. Recibo varios emails sobre todo desde Latinoamérica; uno de ellos esta semana me ha emocionado particularmente.
Desde Colombia mi ya nueva amiga Blanca Capacho me escribía contándome y agradeciéndome mi lectura de El olvido que seremos de su paisano Héctor Abad Faciolince. Novela durísima, real, emotiva, de esas que dan qué pensar, reflexiva y profunda. Enseguida le contesté a Blanca y entramos en contacto. Qué maravilla, casi mágica, esto de internet. Con el permiso de ella reproduzco aquí parte de su carta que le agradezco de corazón y que me ha dado pie a leer otra vez la novela con ojos nuevos. Mi abrazo más grande para ti, Blanca, y para todos los hermanos colombianos con quienes gracias a El olvido que seremos he llegado tristemente a conectar mejor:
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[...] Quiero comentar que tu blog “Ausencias” me gustó muchísimo. Soy colombiana orgullosa de tener a alguien de la talla de Héctor Abad Faciolince, y qué rico saber que nuestros escritores han trascendido las fronteras. Me encanta su forma de escribir. Lo leo semanalmente en su columna de la Revista Semana, la mejor en mi concepto en el país.
Respecto de
El olvido que seremos es una magnífica obra, de las mejores. Es más: fue la obra más vendida en el 2006, estuvo de número uno en las librerías del país. Logra conectarte tanto con el escritor, te trasmite sus sentimientos y te hace sentir tantas cosas y reflexionar sobre muchos aspectos de tu vida. Es tan limpia, tan bien escrita, tan consecuente.
Quiero que sepas que la historia de Héctor Abad es una de las miles que le han sucedido a muchos colombianos víctimas de la violencia política durante los últimos 40 años. Es fiel reflejo de una realidad demasiado dura y cruel, pero que es nuestra realidad y que estamos tratando de cambiar por el bien de futuras generaciones.
Es un gran obra. Qué alegría que a alguien como tú le haya gustado tanto. Y ahora que chismoseé dónde es Cáceres dije WOW!!! Te agradezco el comentario. Y qué rico que hayas sentido su libro, como lo sentimos quienes vivimos llenos de esperanzas por que sea de las últimas historias que se cuenten, no porque querramos olvidar sino porque queremos un país donde no haya más víctimas.
Te envío un fuerte abrazo, y qué rico seguir recibiendo noticias tuyas. Desde ya puedes contar con una amiga más (así sea desde la virtualidad) y por supuesto con una admiradora.
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Obviamente con estas palabras, mucho más autorizadas que las mías, la novela que a mí tanto me ha gustado y de la que hablé con la mejor de mis intenciones sigue ahora más que nunca estando recomendadísima.